Guiche Cárdenas

La caja educativa en tiempo de cuarentena

El confinamiento se alarga y al parecer todo indica que las clases virtuales se prolongan por tiempo indefinido. Más de cuarenta días en casa y podemos sentir que nos está afectando de manera significativa el aislamiento social, sentimos claustrofobia y no aguantamos más a las personas que nos rodean o tal vez ya nos parece normal estar dentro de esta caja, todo de manera virtual y nos vamos acostumbrando poco a poco a que así será la vida de hoy en adelante.

Esta caja grande de donde entrabamos y salíamos día a día, llamada casa, se divide hoy en pequeñas cajas donde tenemos que aprender a diferencias cual es cual, para entrar y salir de ellas en el tiempo y espacio necesario. Esta caja grande contiene la caja para trabajar, la caja para realizar las cosas comunes -cocinar, limpiar, ordenar- la caja para jugar, la caja para conversar y la caja para estudiar. Estas pequeñas cajas en apariencia, están unidas por un mismo puente, el cual cruzamos a cualquier hora o día.

Es decir la caja para estudiar está conectada permanentemente con las otras.

Que significa en estos tiempos que la gigantesca caja llamada escuela, forme parte de una de las cajas que tenemos dentro de casa. Pues un significado valioso, aprovechable al máximo, que los recursos que necesitan para aprender los encontrados cruzando un puente, que los padres recuerden el talento de sus hijos / a y que reconozcan sus dificultades al mismo tiempo.

Esta caja educativa en casa, nos permite aprender de aquellos que nos guían -Los Maestros- y si a eso le sumamos que nuestros hijos / a se formen en valores, esta es la mejor oportunidad que tenemos.

La caja educativa está llena de sorpresas, admiraciones, extrañezas. Imagina una moneda, por un lado tiene la denominación del valor y por el otro la reproducción de alguna riqueza peruana. Dejemos de mirar por un momento la denominación del valor y démosle la vuelta, miremos la maravilla que presenta esa moneda. Podrás comprobar que tal vez nunca la viste, que no sabías que existe, que además tienes que mirarla con una lupa para descubrir que es. Eso es lo que pretende esta caja en tiempo de confinamiento, aprender a mirar más allá de lo que a vista simple se ve, pretende valorar el espacio, el tiempo, la dedicación, el esfuerzo, las ganas de hacer algo diferente, creativo, algo que sirva para toda la vida, que fortalezca las emociones y despierte sentimientos honestos.

La caja educativa no está basada en horas pedagógicas, en la pérdida o no del año escolar, en el cumplimiento del currículo, en los contenidos, las competencias y la evaluación. La caja educativa abre sus cuatro lados para poder entrar y transformar en algo conspicuo, trascendente y prolijo. 

Es hora de tender más redes, desenredar la madeja, open un lado de cada caja para entrar y salir de ellas cruzando un puente seguro, fortalecido y agradecido para sacar lo mejor que se encuentra en cada una de ellas.

Los dejo con la frase de Benedetti que hoy calza perfecto “Cuando tenía todas las respuestas, me changeon todas las preguntas”  

Hasta la próxima amigxs